sábado, 15 de septiembre de 2007

A disfrutar estas Fiestas Patrias...

Y después hay que apechugar no más... ji, ji, ji


Brindo por mi Chile Lindo,

Por mis hijos y por mis nietos,

Brindo por mi señora madre

Y de mi padre el recuerdo,

Brindo por el sol y nuestro cobre,

Por nuestro cobre si, tiquitiquití…

Por el tinto y la cazuela,

Por el choclo, las humitas,

Y por mi sufrida y generosa tierra.

Brindo por el taita de mis hijos

Que es el que realmente la lleva.

El que la lleva si,

Pañuelos blancos al viento,

Entre volantines y banderas

Brindo también por mi desierto.

¡Salud!

sábado, 1 de septiembre de 2007

Mis tulipanes

Cuando uno logra la tan ansiada felicidad, tambien se adquiere el derecho y la libertad, de transformar en cuentos, eventos o vivencias tristes, porque ya no hay lugar para dolores del pasado, y se puede expresar a la vez sentimientos normales de la vida tal cual son, sin llegar a perder la felicidad adquirida. Evapaz.

Luego de una parranda... cualquier cosa

Se busca a su dueño...

Adiós Chuquicamata, adiós, pero hasta siempre...

Porque pondrán candado a las puertas de nuestro pasado, pero nuestro corazón seguirá abierto a los recuerdos, tristes?, alegres?, pero vivencias únicas y extraordinarias que heredaremos a nuestros hijos y tal vez a nuestros nietos…quien sabe...porque ¿Qué es un ser humano sin historia?

Aqui escuché el primer llanto de mis hijos...

...la realidad no podrán sacarla del corazón del verdadero Chuquicamatino…

Adiós, a la “Barra Argentina” vitoreando a nuestros siempre campeones Caldereros en el Club Chuqui.

Adiós Evelyn, aunque tu dijiste adiós primero…
Fuegos artificiales, shows y fantasías, no podrán borrar el dolor de aquellos seres que dejaron su vida en Chuquicamata...

La tristeza, logra unificar más a los seres humanos que la alegría...

Adiós, al árbol de mi casa, que en vano intento extiende sus ramas en busca de vida.
Adios, juegos de mis amores...

Adiós a la conversa entre jardines, de tantas generaciones...

La razón jamás dará la bienvenida a la muerte,

Y el corazón no entiende de despedidas,

Adiós, amada tierra mía

Adiós caminos polvorientos,

que se hicieron huella con tantos pasos infantiles.


¿Gestión ambiental?

¿Respeto hacia nuestras raíces, hacia nuestro entorno?

Palabras, son solo palabras, como dice una canción por ahí…

Habrá miles de justificaciones y razones para tal medida

Lamentablemente generada por el hombre,

O más bien dicho o mejor dicho por entes necios,

Que nada saben, o nada pierden en esta historia,

Porque son pocos los arraigados a tierras como esta,

Quien sin embargo acogió tantos corazones ajenos a esta zona,

Que llegaron llenos de esperanza “por un tiempo corto”.

Donde la vida se hace dura, donde es necesario redoblar esfuerzos,

Para enfrentar esta tierra de temperamento fuerte, pero generosa,

Que cuando decide envolverte en su dulzura escondida,

Ya jamás podrás olvidarte de ella.

Adiós Chuquicamata, adiós, pero hasta siempre…

“Como un juego naipes, se desmoronan las esperanzas

Los recuerdos desfilan en este presente tan trágico,

El dolor y la soledad se unen en este encuentro irreversible,

Los árboles han bajado sus cabezas ante tan inminente muerte,

Y el viento susurra con aliento gélido sus lamentos de despedida”.