domingo, 3 de mayo de 2009

A un ser excepcional... mi compañero.


Mi homenaje a un hombre que admiro muchísimo, un líder innato, inteligente, un soñador, un artista, un romántico, un apasionado del baile; un amante de la vida, de la historia de nuestros pueblos, de la aeronáutica, del mar, de la ciencia, de las artes, de los libros, de la música, del béisbol, del buen vino y del buen comer; sensible a los recuerdos, a la naturaleza y los animales, curioso y creativo, alegre, positivo, regalón, culto por sobre todo; alguien que nunca ha tenido temor a los desafíos de la vida ni a las alturas, andinista, profesor, camionero y aventurero. Buen hijo, buen padre, buen esposo, buen abuelo, buen tío, amigo de sus amigos, un hombre de fe, un gran protector y defensor de su tribu.

Un trabajador de excelencia: Soy testigo de los grandes aportes e inventos que han beneficiado en su momento a la empresa, con su creatividad a toda prueba, pues para el no existe el tiempo ni escatima esfuerzos, cuando se trata de cumplir con su trabajo.

En resumen, un ser excepcional.

También debo aclarar que aparte de admirarlo, lo amo, y después de muchísimos años de una feliz convivencia, acepté casarme con él, porque el me conquista cada día con su forma de ser.