Mi niño, mi niño,
Que caminos reclaman tus pisadas,
Que curiosidades te llevan a destinos desconocidos,
Quien escuchará tus latidos,
Quien me quitará la energía
De tus tiernos abrazos,
Tu mirada ya no está conmigo,
Tu mente está tan lejana,
Suena tan rutinario
Decir que te amo,
Que tal vez no te has dado cuenta
Que realmente te amo,
Alisé día a día tus alas
Para este vuelo, por ti tan esperado,
Y mi mente se llena de recuerdos
¡Es un niño, es un niño
Un hermoso niño!
Y de pronto despierto y te miro
¡Oh, Dios¡
Mi niño, ya es un hombre…
¡Un gran hombre!
1 comentario:
En verdad su niño es un hombre, aunque cuando nuevamente puedan compartir un abrazo, por una fracción de segundo, sentirá que en su alme sigue existiendo SU niño...
Parte del proceso de la vida, puede que le digan... Pero no existe algo más gratificante que poder ver reflejado todos los años de amor y cuidado, convertidos en un buen hombre?
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